Las libélulas: grandes amantes del agua
- Las libélulas poseen características sobresalientes. Además, su resistencia es inigualable. Para efectuar su viaje migratorio, es capaz de ascender hasta alturas de más de 6.000 metros. Aprovecha los vientos y las condiciones climáticas especiales que suceden durante su viaje.
- Antiguamente se creía que las libélulas tenían dientes. Si bien este hecho no es cierto, sí que presentan unas fuertes mandíbulas con las cuales son capaces de triturar a sus presas.
- Excelente visión: pueden ver a través de dos ojos compuestos. Cada uno de ellos posee cerca de 30.000 lentes. Con estos increíbles visores, su diminuto cerebro puede descifrar, recibir y detectar hasta el más mínimo movimiento que tenga a su alrededor.
- Pueden llegar a alcanzar una velocidad de unas 72 kilometros por hora, siendo ésta una velocidad similar al del aleteo de un colibrí. A diferencia de otros insectos las libélulas únicamente necesitan realizar 30 aleteos por minuto.
- Son capaces de recorrer grandes distancias. Existen especies capaces de realizar vuelos transoceánicos de más de 17000 km.
- Simbología: En Japón existe un gran aprecio por las libélulas, siendo tan queridas como las mariposas y pequeños pájaros. De hecho, en algunas de las primeras armaduras de samuráis, pueden apreciarse gravados de libélulas; pues para ellos simbolizaban el poder, la agilidad, y por encima de todo, la victoria. En China se asocian con la prosperidad, la harmonía y la buena suerte. Entre los Nativos Americanos son un símbolo de felicidad, velocidad y pureza, ya que según ellos se alimentan directamente del propio viento.
- Su alimentación consiste en todo tipo de insectos, incluyendo mosquitos hormigas y termitas e incluso en algunas ocasiones otras libélulas.
- Las libélulas son insectos ancestrales: Los primeros precursores de las libélulas datan del Carbonífero, hace unos 300 millones de años atrás.
- A pesar de que muchos insectos realizan cortejo, es bastante infrecuente entre las libélulas. Las libélulas son capaces de copular en pleno vuelo, el cual suele durar entre varios segundos a un par de minutos dependiendo de la especie.
- La presencia de libélulas en arroyos y ríos es un indicador del buen estado de las aguas donde se encuentran. A pesar de que su distribución puede variar enormemente en función de las especies, la mayoría prefieren ríos que ofrezcan multitud de diferentes microhabitats. Además, son muy sensibles a cambios en el pH, la temperatura, la presencia de contaminantes y la cantidad de agua circulante.